viernes, 20 de junio de 2008

TALLER SOBRE LA COMUNICACION

La comunicación y el modelo
transnacional de desarrollo
Somavia, Juan
Juan Somavia: Chileno. Director Ejecutivo del Instituto Latinoamericano de
Estudios Transnacionales (ILET).
Es un hecho ampliamente demostrado que las empresas transnacionales no sólo
venden productos sino también cultura: o sea, un modo de vida, un estilo de
consumo, determinadas aspiraciones sociales, una cierta percepción de sí mismo y
del mundo, e implícitamente determinados parámetros para la organización
política de la sociedad. La cultura transnacional la encontramos al mismo tiempo
en Venezuela, Singapur, Nigeria, Filipinas, Francia y Estados Unidos.
Las principales empresas transnacionales que operan en el mundo cubren
prácticamente todo el espectro de la actividad humana, desde la explotación de
recursos naturales y la producción de bienes y servicios, hasta la enseñanza, la
información y la comunicación, pasando por la publicidad, el entretenimiento, el
deporte, el turismo y el uso del tiempo libre.
Las 24 horas típicas de un consumidor transnacional contienen la presión
sistemática y permanente de los valores de un modelo de vida transnacional,
extranjerizante y elitista. Esta situación se asemeja cada vez más al 1984 de Orwell,
en donde la manipulación del individuo, la presión subliminal, la socialización
inconsciente y la oferta de una especie de El Dorado Transnacional, se transforman
en los elementos claves de la implantación de un modelo de desarrollo orientado
por las minorías nacionales del Tercer Mundo en su propio beneficio y del sistema
transnacional del cual son parte integrante.
Pero, ¿cuál es el modelo que se nos ofrece? Básicamente un modelo de desarrollo
mimético. Se nos propone para el Tercer Mundo como apto, necesario y
conveniente que imitemos el modelo de desarrollo de los países capitalistas
industrializados, convenientemente "adaptado y adecuado", para que se conforme
a las características locales. Lo que no se puede cambiar, sin embargo, es su lógica
interna, su racionalidad integradora, la ideología central que lo sustenta: el
principio de que la economía y las relaciones sociales se organizan y despliegan
sobre la base del mercado y de las llamadas "leyes" de su funcionamiento. En este
marco, por principio, el capital es más importante que el trabajo en el proceso

productivo; la empresa privada es más eficiente que el sector público para
administrar la economía; hay que crecer primero y distribuir después; el gasto
privado es más productivo que el gasto público y otras afirmaciones semejantes.
Todo ello envuelto en la mitología fundamental de que el capitalismo
transnacional libera al individuo y le permite ser dueño de su propio destino. Se
termina, así, por radicar el concepto de libertad en la capacidad de consumir, en
una cuasi exhortación bíblica de que "el consumo os hará libres".
De esta manera, en verdad se busca concentrar en unas pocas y míticas manos la
acumulación de capital y la capacidad de producción a nivel mundial, para que en
el futuro de ellas salga el paternal desarrollo que asegurará el bienestar de todos.
Los pueblos que viven esta experiencia han podido observar cómo también el
ingreso se concentra cada vez más en poder de los menos en un proceso creciente
presentado a la gente como la condición "natural" del desarrollo. Sin embargo, no
se trata de un mero disfraz lógico: este proceso de acumulación de capital ha
requerido en el pasado, requiere en el presente la garantía de una simultánea
concentración del poder político, traducido en regímenes tan excluyentes de las
mayorías como la economía transnacionalizada. Podemos dar este asunto por
sabido, pero todavía no hemos hecho suficiente hincapié en la red de meditaciones
ideológicas que ocultan la evidencia de la falacia del desarrollo transnacional como
alternativa del Tercer Mundo.
En el tejido de esta red, los medios de comunicación transnacionales tienen una
función determinante. Así, se hace necesario comprender la evolución que ha
tenido el impacto social de la información desde los debates de la Segunda Post-
Guerra Mundial hasta nuestros días, y su actual forma de organización
internacional.
A diario nos encontramos con informaciones distorsionadas (si las calificamos con
un lenguaje académico) o simplemente "chuecas" (si usamos un lenguaje más
cotidiano). Ello es particularmente relevante en la relación entre el Tercer Mundo y
el mundo industrializado. Con razón el informe RIO, que fue coordinado por el
eminente Premio Nobel de Economía, Jan Tinbergen. dice al respecto:
"La opinión pública en los países industrializados no accederá en forma genuina a
una información completa respecto al Tercer Mundo, a sus demandas, aspiraciones
y necesidades, hasta que las normas de la información y de la comunicación sean
liberadas del sensacionalismo mercantil y de la presentación de las noticias que las
caracterizan, y se desembaracen de los prejuicios etnocentristas. La liberación de la

capacidad de la información debe concebirse como un elemento clave en los
esfuerzos tendentes a instaurar un nuevo orden internacional. Es necesario
considerar también como las peores características del sistema vigente a las
prácticas discriminatorias y monopolística, inherentes a la manera en la cual se
difunden en la actualidad las noticias internacionales..."
Es evidente, afirma el informe RIO. "que es necesaria una reforma".
LA EVOLUCIÓN DEL SIGNIFICADO SOCIAL DE LA INFORMACIÓN
Cuando el tema de la información se discutió internacionalmente en el curso de la
década de los 40, se actuó bajo el peso de la experiencia en la manipulación
informativa creada por el nazifascismo. Fue con la inmediatez de tales
antecedentes que los países miembros de Naciones Unidas en aquella época
definieron el alcance de la libertad de expresión y opinión. El ámbito socio-político
de hoy es sustancialmente distinto cuando se ponen en debate los principios
relacionados con la comunicación, el flujo informativo y la libertad de expresión. El
testimonio de los nuevos países del Tercer Mundo sobre las formas de
neocolonialismo, la dimensión alcanzada por los medios de comunicación en
distintos marcos sociales y la expansión de sus tecnologías, obligan al análisis del
problema desde una perspectiva más amplia. Los medios de comunicación han
pasado a ser "agentes de influencia" cultural y social. Su presencia engloba y
atraviesa todas las estructuras sociales, para adquirir una omnipresencia
permanente y activa en la vida individual y colectiva de las sociedades. Como
señala Rafael Roncagliolo 1, han pasado a ser un instrumento de socialización casi
más importante que la escuela, la familia o las iglesias. El motor principal de esta
transformación ha sido el desarrollo extremadamente intenso de la tecnología de
las comunicaciones. La generalización de la radiodifusión, el surgimiento
avasallador de la televisión. La capacidad de transmisión directa vía satélite, y el
perfeccionamiento de la transmisión telegráfica, a lo cual se agregan los
importantes avances en el campo de las comunicaciones físicas y la capacidad
organizativa y multiplicadora aportada por la tecnología de computación y de
informática, han cambiado radicalmente el significado y el impacto social de las
comunicaciones en la sociedad contemporánea. Aun cuando seguimos usando las
palabras: "información", y "comunicación", éstas se aplican hoy a fenómenos
sociales radicalmente diferentes de aquellos que se describían con estos mismos

términos en la década del 40. Estamos encasillados - de hecho - dentro de un
lenguaje que es incapaz de reflejar su significado global y total actual. Basta pensar,
que tanto la paloma de Reuters como el último satélite de comunicaciones, se
llaman igualmente" información", pero sus efectos sociales son sustancialmente
distintos. La transformación de las comunicaciones en un agente de influencia
social fundamental dentro de las sociedades y en la relación entre los pueblos
plantea, en consecuencia, un sinnúmero de interrogantes vitales y justifica la
necesidad de definir con claridad el marco conceptual dentro del cual se deben
situar estos nuevos fenómenos.
La influencia de los cambios mencionados se ha visto reforzada por la forma
concreta de organización que fue adquiriendo el proceso de comunicación
internacional. La selección, procesamiento y transmisión de información pasó a ser
una industria en continua expansión, adquiriendo la estructura organizativa de
una empresa transnacional y aplicando la racionalidad mercantil en sus decisiones
empresariales. Por esta vía, la comunicación internacional - vista desde el Tercer
Mundo - pasó a ser un componente más de la estructura transnacional de poder. A
los instrumentos de dominación política y económica, se agregó el potencial
transnacional de comunicaciones. El sistema transnacional de comunicaciones es
un todo: incluyendo agencias de noticias, empresas de publicidad y bancos de
datos; y también el suministro de servicios de recuperación de información,
programas de radio y televisión, películas, radiofotos, revistas, libros e historietas y
comics de circulación internacional. Sus distintos componentes, que tienen
mayoritariamente su origen en, los países industrializados, se refuerzan los unos a
los otros, estimulando en su conjunto las aspiraciones del consumidor a alcanzar
formas de organización sociales y estilos de vida imitativos de los países de
mercado industrializados, que la experiencia ha demostrado que sólo se pueden
reproducir en los países del Tercer Mundo sobre la base de una alta y creciente
concentración de ingresos en pocas manos y de inaceptables desigualdades
sociales. Al mismo tiempo, la "presión informativa", procedente de tantos diversos
orígenes, aparentemente sin relación entre ellos, pero sustantivamente coherentes,
va eliminando la capacidad de juicio crítico. El proceso de comunicación, entonces,
se transforma para la gente en algo así como un teatro que se observa, pero en el
cual no se participa. En esas condiciones el público se va convenciendo de que el
modelo transnacional de consumo y desarrollo es históricamente inevitable. Por
ello, el sistema de comunicaciones transnacional tiene una preponderante
influencia cultural.

TALLER Nº 1
1. CUAL ES LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACION EL MUNDO DE HOY?

la comunicacion es una forma de intercambiar sentimientos, ideas y demas expresiones en el diario convivir con los demas.
tambien es muy importante en el ser humano pues dependiendo de su capacidad para comunicarse depende tambien su exito en la vida.

tiene dos fases inseparables la capaciadad de transmitir un mensaje y de saberlo interpretar.

2. cuales son los elementos que intervienen en toda la comunicacion.

  • el emisor y el receptor o destinatario
  • el mensaje que se transmite
  • el mensaje esta constituido por:
  1. EL CANAL: que es el soporte fisico constituido por la voz humana, la escritura y aun un silbido. otros canales son ( radio, telefono y television).
  2. EL CODIGO: es el sistema de señales previamente convenidas para poderse entender.

4. cual es la diferencia entre la comunicacion oral y escrita.

la comunicacion oral, es aquella que se realizan atraves de la palabra, esas comunicaciones son captadas y recibidas por medio del oido y la comunicacion escrita son aquellas que transmiten un mensaje que habra de ser percibido por la vista.

la principal diferencia entre ambos medios de expresion radica en que el lenguaje oral es articulado, es decir, formado por signos sonoros o fenomenos, mientras que el lenguaje escrito sirve de grafismos. ( letras, signos de puntuacion).


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